martes, noviembre 6

El Rey Juan Carlos alaba 'los sentimientos de lealtad a la Corona' de los melillenses


Tras un multitudinario recibimiento, el Rey Juan Carlos ha alabado "los sentimientos de lealtad a la Corona" de los melillenses y su espíritu "de integración y convivencia". Los Reyes han abandonado la ciudad en torno a las 16.30, con lo que han completado su primera visita a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla de su reinado.
En su segundo día de visita oficial a las ciudades autónomas, los Reyes fueron recibidos por miles de melillenses enfervorizados al grito de: "Viva España".
Durante su discurso, el Rey ha mostrado su agradecimiento por "este muy caluroso e inolvidable recibimiento" y ha declarado que tenía contraído el "compromiso" de visitar Melilla como jefe del Estado, a lo que se unía un "profundo deseo".
En su primera visita a la Ciudad Autónoma desde que accedió al trono hace 32 años, Don Juan Carlos reconoció que "no podía dejar más tiempo" sin visitar Melilla, a la que calificó como "ciudad moderna y que mira al futuro".
Por ello, trasladó a los melillenses su afecto y "mayor cercanía" y subrayó "con satisfacción" cómo "la inconfundible personalidad histórica y la riqueza cultural" de la ciudad "se ha sabido enriquecer con un armónico espíritu de integración y convivencia".
El presidente de la ciudad autónoma, Juan José Imbroda, hiló un discurso en el que reivindicó la españolidad de Melilla "que se incorporó a la Corona de Castilla antes de que lo hiciera Navarra".
Imbroda también lanzó reproches hacia el país vecino por sus protestas ante la visita de los Reyes y afirmó "sentirse dolido por las incomprensiones o las sinrazones interesadas que nos llegan de las orillas amigas". Por este motivo, el presidente autonómico pidió "respeto mutuo" y que se "entierren los viejos tópicos".
Melilla ha estado paralizada durante varias horas y la ciudad se ha vestido por completo de rojo y gualda para recibir a los Reyes en la que es la primera visita real en los últimos 80 años.
Miles de melillenses se han echado a la calle y se han dado cita en una plaza de España, donde han ondeado más de 20.000 banderas al paso de Don Juan Carlos y Doña Sofía.
La ciudad ha estrechado sus apenas 14 kilómetros cuadrados y sus habitantes, musulmanes, cristianos, judíos o hindúes, se han unido para gritar al unísono "Viva España, Vivan los Reyes".
Desde primera hora de la mañana, las inmediaciones del Palacio de la Asamblea, donde se ha desarrollado el acto central de la visita, se han convertido en un ir y venir de personas, entre ellas María del Carmen Pons, una ciudadana que lleva a gala haber sido "la primera" en llegar y colocarse debajo del balcón desde donde los Reyes han saludado a la ciudadanía.
Esta joven melillense, que ha acudido a la cita con los reyes vestida con una camiseta roja y amarilla, asegura que no ha dormido en toda la noche y que da las 05:30 horas salió a la calle para participar en "un acontecimiento sin precedentes".
Un antes y un después
La alegría también se ha reflejado en la cara de otro melillense, Abdelkader Al-Lal, de 32 años, los mismos que el Rey ha cumplido de reinado, y que comentaba que para él la visita va a suponer "un antes y un después" para la tierra que le ha visto nacer.
Pasadas las doce y diez de la mañana, la Plaza de España se ha convertido en un clamor, justo en el momento en el que han entrado los coches oficiales, pero el mayor estruendo ha sido cuando los ciudadanos allí congregados han visto por fin a los Reyes.
Dos pantallas gigantes han servido para que los ciudadanos hayan podido seguir al detalle todo lo que ha ido ocurriendo en el interior del Palacio de la Asamblea, en cuyo balcón lucen los estandartes con los escudos de España y de Melilla.
Ante una gran presencia policial, que ha sido reforzada de manera considerable, los melillenses expresaban de una y mil maneras lo que sentían en ese momento.
"Melilla os quiere, Melilla os adora, que sepa todo el mundo que Melilla es española", gritaba Ana Hernández, famosa cantaora de flamenco de la ciudad, mientras de cerca, otros cientos de ciudadanos la seguían con frases como "Sí, sí, sí, los Reyes están aquí".
Colegios, comercios, bancos y mercados, hoy todo el mundo ha cerrado las puertas de sus negocios, incluidas también las Administraciones autonómica y central, en definitiva, una ciudad paralizada que se ha vestido con los colores de la bandera de España.

Fuente:El Mundo