martes, noviembre 6

El despacho más deseado




El Palacio de Telecomunicaciones de Cibeles vivió ayer su primer día como nueva sede del Ayuntamiento de Madrid. Y lo hizo en medio del caos que supone siempre una mudanza: las luces fallaron varias horas, hubo zonas donde los ordenadores no funcionaban, y las salas de trabajo eran un hervidero de cajas, llenas y vacías. El protagonista del día: el despacho del regidor.
El alcalde llegó a su nueva ubicación a media mañana, tras dos actos celebrados fuera. Allí, en los 78,09 metros cuadrados de superficie más polémicos de los últimos tiempos, atendió los asuntos del día, con el Palacio de Linares a su espalda y la estatua de la diosa Cibeles enfrente.
Eso sí, cuando vio a la cincuentena de periodistas que se encaminaban hacia el despacho, salió casi por pies: no hubo foto del alcalde en su nuevo sillón, de cuero blanco.
La habitación que ocupa el alcalde —el actual, Ruiz-Gallardón, y los que sean elegidos a partir de ahora— es sobria: tres cuadros abstractos en dos de las cinco paredes, una zona de estar con sofás de cuero blanco, una lámpara de diseño moderno. Ni cortinas ni estores en las ventanas, y unas estanterías de madera que, según contó el propio regidor por la mañana, están terminando aún los carpinteros.
Tornillos del Metro
Sobre una mesa baja, una edición de «Othello», un gran tomo con la obra de Leonardo da Vinci, y dos enormes tornillos, de casi medio metro de largo cada uno, llegados del Metro de Madrid y que «el alcalde tiene desde hace años, desde que era presidente regional».
En las mesitas auxiliares, una fotografía dedicada del Rey y un galardón de la Generalitat catalana. Su despacho lo flanquean, a la derecha, las tres banderas —de España, de la Comunidad madrileña y de la ciudad—.



Cuero blanco y madera de arce
A la izquierda, un ordenador. Sobre la mesa de trabajo, perfectamente alineados, un ejemplar del dossier olímpico de Madrid 2012 y otro de la ley de capitalidad, algún libro, documentos varios, un pequeño crucifijo y una botella de agua.
El suelo es de arce, las paredes, blancas. La madera, en tonos claros. La misma estética —blanco en el cuero, tonos claros en suelos y paredes y mucha simplicidad— que se observa en el conjunto de la «zona noble» del Palacio —del área que ahora se ha abierto—, todo ello en la planta cuarta.
Decoración minimalista
Allí, muy cerca del despacho del regidor, está la sala institucional —sobre el arco que da acceso al pasaje de Ruiz de Alarcón, en el interior del edificio—, dispuesta para las recepciones oficiales. Y también la sala de juntas —decorada con diez pinturas modernas y con un busto del rey traído de la Casa de la Villa.
La original escalera de honor, recién restaurada —de mármol y con impresionantes tallas en su zona superior— conduce a esta planta, y también comunica con la inmediatamente inferior, donde se encuentra el salón de actos.
Ahí sí que hay grandiosidad: la del edificio tal y como lo concibieron en su día Antonio Palacios y Otamendi, pero adaptado al siglo XXI. Vidrieras originales del artesano francés Maumejean y, de nuevo, el cuero blanco, que es la tónica dominante de esta ala del edificio.
Mudanza complicada
El resto de las salas son de trabajo: son amplias, bien iluminadas por luz natural y en apariencia funcionales. Aunque ayer, primer día de una mudanza complicada, aún quedaban cables por atar y cajas por desembalar. Cada mesa tenía un número: el que marcaba a los distintos funcionarios —unos 700 en total— el lugar que deberán ocupar a partir de ahora. Algunos ya habían dejado ayer su sello personal: una foto de familia, un peluche o un jarrón con una flor.
La zona que ahora se ha habilitado ocupa alrededor de 24.000 metros cuadrados, de los 66.000 totales con que cuenta el edificio. Sus obras corresponden a una primera fase que ahora debe continuar por el resto del edificio —la zona que en su día será abierta al público y permitirá acceder a un mirador sobre la ciudad, a la altura de la sexta planta—.
Obras acabadas en 2009
En esta segunda fase —que no estará terminada hasta la primavera de 2009, si se cumplen las previsiones— habrá también una enorme sala de exposiciones en el patio actual, que se cubrirá con una lámina de acero y cristal.


Allí, en el Salón de Villa, está previsto que se celebren todo tipo de actos públicos, culturales y lúdicos. Las condiciones de la sala permitirán su uso en cualquier época del año y casi a cualquier hora, sin que la meteorología suponga un problema.
Nuevo salón de plenos
Y en lo que fue la «sala de batalla» —donde llegaban las sacas de cartas de toda España y se procedía, en unas enormes mesas, a su primera clasificación— se está construyendo en la actualidad el nuevo salón de plenos, que ocupará 1.179 metros cuadrados y se dispondrá en dos alturas: una, en forma de U, para los concejales, y una segunda, por encima, para el público que asista al pleno.
A ello se unirá un ascensor panorámico que llevará a los ciudadanos hasta la sexta planta, donde se abrirá una cafetería con uno de los miradores más espectaculares de la ciudad. Sobre él, en la torreta central del edificio, aún habrá otros tres pisos superiores.
El actual patio de operaciones de Correos seguirá abierto al público, como centro de información turístico. Muchas de las estancias del Palacio de Cibeles se usarán para celebrar exposiciones, y serán visitables. También se instalarán allí las Concejalías de Las Artes y de Seguridad. Pero eso será más adelante.
Fuente:ABC