martes, enero 30

Monteserín: «La empresa ignora aún las ventajas de un buen relaciones públicas»


La imagen que la empresa proyecta no sólo hacia sus clientes sino al resto de la sociedad cobra cada vez mayor importancia, un papel que no siempre se aprecia por parte de los interesados. Así lo señaló Bárbara Monteserín, directora de la empresa Congresos Principado y secretaria de la Asociación de Relaciones Públicas, Comunicación y Protocolo de Asturias (Arpas), durante la entrega de diplomas de uno de los ciclos formativos de Escuela Europea, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. «La empresa ignora aún las ventajas de un buen relaciones públicas», indicó la experta, que estuvo secundada en el acto por Luis Blanco, presidente de Arpas; Charo Gómez-Haces, directora de la Escuela Europea, y Joaquín Osoro, director de marketing de Masymas.


Y es que, según Monteserín, los relaciones públicas ya no se pueden improvisar. «No basta sólo con un chico bien vestido, o que abra la puerta de la empresa una chica muy sonriente», sentenció. El buen relaciones públicas debe realizar un análisis continuo de la sociedad en la que vive, con el fin de elaborar las mejores estrategias y aplicar las técnicas precisas para que una empresa o una persona se dé a conocer e incremente su prestigio. «Las relaciones públicas han alcanzado un alto grado de profesionalización», aseguró. Y se han ampliado también sus funciones, de forma que no sólo se encargan de las simples relaciones humanas, sino que son los encargados de organizar los actos externos de la empresa, de tratar con la prensa y hasta de crear nuevos contactos. Es por lo que el buen relaciones públicas precisa de conocimientos de protocolo, «el arte del acto», como lo definió Monteserín. «El protocolo es justicia, porque coloca a cada uno en el lugar que le corresponde», señaló. Luis Blanco historió la asociación que preside, fundada en 1985 por Juan Muro de Zaro, relaciones públicas de la entonces Ensidesa. La entidad nació con la intención de dignificar la profesión y llegó a influir en el establecimiento de unas normas mínimas de honorarios profesionales. El último hito de la entidad fue la institución de los premios «Arpas» en 2005, que pasarán a ser bianuales y tendrán carácter internacional en su próxima edición.